Son Goku

No se si habréis conocido la serie de dibujos manga Dragon Ball. En ella aparecía un pequeño chavalín, que estaba aprendiendo artes marciales y se movía en una nube.
Bueno, todo esto, viene a raíz de las gracias que hicieron mis colegas a mi costa durante una temporada. Os sitúo. Tenía 18 años (ayer mismo), y en el primer intento por dejar de fumar, se me ocurrió la brillante idea de dejar de fumar tabaco, pero seguir fumando porros. Ñiiii. Grave error. Si de normal, al dejar de fumar tienes bastante ansiedad y la calmas comiendo para relajarte, lo que yo hacía, era fumarme un canuto tras otro. Y cuando digo uno tras otro es que era así.
Salía de trabajar a las 15:00, y me fumaba un porro, que me había hecho en el baño del trabajo, mientras iba en el coche a mi casa. Me cuesta 7 minutos de reloj llegar del trabajo a casa, así que imagínate el colocón con el que llegaba, por que me lo fumaba hasta que me quemaba los dedos.
Después de comer, como no soy de echar kuluxka, me fumaba otro. Este si que era más tranquilo, pero ya era el segundo en poco más de una hora. Veía la tele, y me iba a la calle a buscar a algún colega. El móvil lo teníamos para ocupar sitio en el bolsillo.
A eso de las 7 de la tarde, el cuerpo me pedía nicotina, y como estaba dejando de fumar, no podía echarme un cigarro, así que me echaba otro canuto. Esa temporada, íbamos al Eroski a comprar la merienda. Un paquete de 4 donuts y 1/2 litro de coca-cola. Vamos que llevábamos una dieta espléndida. Esa era la merienda de entre semana, por que el finde, como hacíamos algo de deporte, nos poníamos doblaos de donuts y panteras rosas. Que coño le echarán a la pantera para que sea rosa y sepa tan bien.
A las 20 45, y pongo la hora exacta por que era el porro de menos cuarto, nos hacíamos el último para ir a casa y cenar agusto. El último era para mis colegas, por que vivían en casa de sus padres, pero aquí, al tuerto, aún le quedaba algo. El de menos cuarto, lo solíamos fumar entre dos para no ir muy morados a casa. Que ingenuos. Si para entonces llevábamos un colocón que lo flipas.
Ibas a cenar, te veían los ojos rojos y preguntaban a ver por que los tenías rojos. Si os dicen vuestros hijos que es por que en el bar hay mucho humo, se me ha metido algo en el ojo o es que he estado llorando de risa, empezad a sospechar. Nuestros padres lo sabían, pero se hacían los orejas.
Después de cenar, te ibas al sofá, y mientras veías la tele, o los dragones que salían de ella, te fumabas otro canuto. Después de ese ya era cuando notabas que tus párpados pesaban y te quedabas dormido en el sofá, despertándote a eso de las 3 de la mañana con la teletienda anunciando el gym-form o algo parecido.
Al final me di cuenta, y mis colegas también, de que estaba todo el día en una nube. No me enteraba de la mitad de las conversaciones, que aunque no fuesen gran cosa, jode que no te hagan caso. Empezaron a decirme que parecía Son Goku, por ello de viajar en una nube, y hoy en día, hay gente a la que veo muy de vez en cuando y me siguen llamando igual.
P.D: por si algún agente de la autoridad lo lee..... Ya no fumo nada.